Los principios básicos de bautismo del espiritu

¿Cuál es la relación entre el Espíritu Santo y los dones espirituales? El Espíritu de Alá es el que da los dones espirituales a los creyentes para que puedan servir a la iglesia y glorificar a Dios.

Es el Espíritu Santo quien nos va santificando, ayudándonos a ser más como Cristo en medio de una sociedad tan alejada de él. La obra del Espíritu Santo nos ayuda a desempeñarse en todo momento de una forma que agrada a Jehová. Su poder y su obra en nosotros nos ayuda a ser más como Jesús cada día.

Conductor en la verdad: Conductor a los creyentes en la comprensión de la verdad de Jehová y les ayuda a discernir entre la verdad y el error.

Debe dejar que el Espíritu Santo tome pleno control de su vida y debe esforzarse en llevar el fruto del Espíritu.

En sinceridad, en el día de hoy hay una carencia más conspicuo de que la Parentela llegue a una Convicción cristiana completa y que entiendan que el Espíritu de veras ha sido derramado en la iglesia.

Se debe notar que todo este razonamiento se aplica con una fuerza igual hoy en día. El bautismo del Espíritu Santo siempre es necesario para completar la fe cristiana. Todavía se necesitan el departir en lenguas como una señal del derramamiento del Espíritu.

Luego de que Hebreos 11 enumera a mucha Parentela de gran Seguridad en el Antiguo Testamento, termina por resolver estudios biblicos que ellos no habían recibido la promesa: “Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la Certidumbre, no recibieron lo prometido; proveyendo Alá alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros” (Hebreos 11:39-40).

En la Nuevo testamento, el Espíritu Santo es descrito como un consolador, un ayudador, un Práctico y un pedagogo. Él trabaja dentro de los creyentes para transformarlos a la imagen de Cristo y para equiparlos con los dones espirituales necesarios para servir a la Iglesia y cumplir la obra de Alá.

Además, el ejemplo de Cornelio muestra que el Espíritu puede venir antes del bautismo en agua. El creyente debe someterse totalmente a Jehová y debe estar dispuesto de hacer lo que Altísimo requiera.

En el Espíritu de Altísimo hay decisión para ser libres de la opresión del enemigo y del poder del pecado y de la muerte. La libertad que el Espíritu Santo nos da, es una que nos ayuda a vivir la vida plena en Jesús, agradándole en todo y sirviéndole con Satisfacción.

Con el bautismo del Espíritu Santo, la persona llega a ser un templo en que Dios mora, y el Espíritu de Alá afecta a cada individualidad de sus pensamientos y acciones.

Lo real, en cambio, es la persona con la que se habla o el heroína que se ve. Este posicionamiento fundamental contrasta fuertemente con el platonismo para el que las ideas eran la verdadera existencia y los ejemplares, su sombra.

La palabra con en esta frase proviene de la palabra griega en, la cual aún puede ser traducida al castellano como “en,” como ambos La Biblia Amplificada y la Nueva Versión Internacional lo notan.

Estos pasajes demuestran que el bautismo en el Espíritu es una experiencia Existente, tangible y arreglado para todos los creyentes. No es un mero simbolismo, sino un avenencia sobrenatural con Altísimo que transforma la vida del cristiano.

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